
La cantante de las pestañas largas, la mirada caída y el pelazo acondicionado sigue haciendo ruido antes de la publicación de su segundo álbum oficial, que se titulará Ultraviolence, y para el cual todavía no hay un calendario fiable: algunos rumores apuntan a julio como mes de su publicación (no nos extrañaría, coincidiría con su visita al Vida Festival, su única parada en España de momento), otros al otoño. Lo que sí podemos hacer es ir poniéndole cara al disco.
Interscope ha compartido la portada del álbum, y sorprende por su tono austero: una foto de Lana junto a un coche, vestida con una simple camiseta blanca, en un blanco y negro que anima a hablar de baja fidelidad visual y de anti-diseño. Parece que la artista quisiera proyectar una imagen más real y cercana, como la que mostraba en sus primeros vídeos caseros, quizás para contrarrestar esa apariencia aseada de estrella prefabricada, encarnada en diva lánguida, que viene acompañándola desde los días previos a la llegada de Born To Die(Universal, 2012).

Queda claro que Lana está ya plenamente metida en el pre-calentamiento de su nueva era "ultraviolenta" y hace unos días aparecía otro síntoma de lo que puede dar de sí el disco. Se trata del vídeo de"West Coast", también en blanco y negro, muy al estilo Lana Del Rey, con ella dejándose ver junto a su juguete masculino (Bradley Soileau) en la playa o de gala nocturna con señores elegantes en espacios muy propios de Armani o La dolce vita. Esto empieza a calentarse.
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