Dom Magazine como fans de las obras de Mattew les presenta Drawing Restraint 9, el más reciente trabajo que Mattew Barney ha realizado y que tiene como atractivo principal la de contar con Bjork (actual pareja del artista) como actriz principal compartiendo roles con Barney. Bjork como es de suponer se ha encargado de la elaboración de la banda sonora.
Es muy difícil hablar de Drawing Restraint 9 sin caer en generalidades. Al verla se percibe una intención de fondo de querer conseguir la metáfora absoluta, total, una que no parece admitir la reducción a un solo aspecto o perspectiva, una de esas ideas iluminadas que parecen sintetizarlo todo. Uno podría decir de la película que es una metáfora y reflexión sobre el amor, la muerte, la creación, los fundamentalismos, el cuerpo, el futuro, el placer, la memoria, la vuelta al caldo primitivo, la vuelta al vientre materno, la naturaleza, etc, etc. Todas las anteriores. O quizá ninguna.
Y en eso radica lo fascinante de Drawing Restraint 9, en esa crisálida de significaciones posibles y en el misterio como experiencia absolutamente visual o cinematográfica (si es que es posible hablar de cine en un artista que no utiliza ni se mueve en un entorno de cine, más allá de usar, al igual que un director de cine, cinta de 35 mm) lo que sostiene las dos horas y un poco más que dura el film.
La última hora de la película, momento en el que Barney y Bjork, al interior de un buque ballenero que se desplaza en un mar prístino y celeste, y en medio de un ritual japonés en el que vestidos cual geishas inician un violento, conmovedor y fascinante proceso de transformación marina, debe ser la experiencia visual más hermosamente perturbadora que debo haber tenido desde que vi la sanguinaria Organ. Y es que, como bien me decía un amigo, es posible descubrir cierta sensibilidad que hermana la película con algunas obras maestras del cine gore japonés, esa obsesión por hacer de la carne el soporte para un carnaval quirúrgico, en donde cierta actitud catatónico-contemplativa ofician como marco emocional. Una frialdad que antepone lo estético a lo real, que hace del delirio la premisa básica desde donde el cuerpo reacciona: bienvenidos los destajos, la carne abierta, la profundidad, el exceso, la salpicadura.
Sólo puedo decir lo mismo que un blogger cinéfilo dijo sobre otra película memorable: “me hirió en algún lugar pero no sé exactamente donde”.
Les invitamos a ver ésta espectacular obra de arte, Mattew Barney & Björk.
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