
Sólo al mencionar el nombre de Vonnegut, toda una generación de lectores y de escritores se pone la mano en el pecho, mira al cielo y exclama: “Kurt es el puto amo”. No exageramos. Su influencia en la nueva literatura ha sido determinante. Su imaginación y sus impresionantes sentencias sobre el mundo, la condición humana y la sociedad actual se han convertido en tatuajes grabados a fuego en nuestra mente.
Pero resulta que no lo sabíamos todo sobre el autor de Matadero cinco. El próximo 13 de mayo saldrá a la venta en Estados Unidos una selección de la que fue su enorme colección de dibujos. Parece que Vonnegut tenía una obsesión más allá de las letras, y que también dedicaba sus horas a dibujar figuras abstractas y surrealistas, parecidas a las de un Picasso desinflado, menos puntiagudo.
Fue en los años 90 cuando el escritor mandó un paquete a su hija repleto de estos dibujos. Nanette Vonnegut, también artista, los guardó durante casi dos décadas, durante las cuales preparó con dedicación y mimo una selección de las pinturas, así como unos textos ensayísticos que las acompañarían. Junto a la ayuda de Peter Reed, amigo íntimo de su padre, la selección quedó lista para que The Mocatelli Press la preparara.
Sus seguidores ya estamos impacientes, y miramos al cielo, con la mano en el pecho. Reconforta conocer la noticia de que como Sylvia Plath, Juan Carlos Mestre y Vladimir Nabokov, él también se une así al especial club de los escritores con pinceles.
















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